Carlos Justino Caballero

UN SOPLO

 

La tristeza otoñal de unas hojas secas

se fue con ese sol que abraza como amigo.

 

Las palabras distorsionadas de antaño

ya no están, silencio que enmudece.

 

El naciente es fresco cuando surge la luz

y se volvió perpetua transparencia.

 

Esa lentitud de la rosa para abrirse

se volvió prisa de ráfaga excedida.

 

Un camino virgen, sin pisadas,

suple a las huellas embarradas.

 

Esos ojos color tiempo, color nada,

no vacilan ya en sus matices.

 

Y todo comenzó con un soplo.

Así... con un soplo.