Yo te amé con amor de fe preñado,
te adoré con el alma de poeta;
y pinté en mi memoria tu silueta
resguardando tu rostro venerado.
Te ofrecí de mi ser lo más honrado
mi ternura te di de luz repleta;
de mi espacio tu fuiste su planeta
y viví de tu encanto aprisionado.
Con ardor mis poemas escribía,
todos llenos de místicas quimeras;
inventé la mas dulce melodía
que llevaba mi anhelo sin fronteras;
¡porque tu eras el rayo que traía
de pasión sus magníficas hogueras!
Autor: Aníbal Rodríguez.