Golpe de mar

Un abrazo para ti

Un abrazo para ti…

 

Trabajo en balde para los inútiles poetas.

Los sopletes ni cosquillean tus enlaces covalentes,

las olas apenas se escaldan en tu breva,

retiras el mar en un tsunami del revés.

Los besos desesperados no encuentran un idioma

y las caricias en tu cuerpo no alcanzan ningún marco.

 

Un abrazo para ti…

 

El mayor reto de mi pluma,

no apuesto ni una uña en conseguirlo.

Tu cornamenta en el ruedo, sus pitones

              entre medias, 

                            mi platónico tesoro.

 

Yo, un acero magullado 

en tantos atropellos con mis muelas.

Palillo de dientes forzado a cincelar diamante rojo.

                                    Baldía empresa.

 

Un abrazo para ti…

 

Ella, tan desnuda y sin coraza,

abrigada en partituras de embeleso

calmando así a la fiera que guarece.

Acecha escondida tras sus ojos

Corre, caza y toma el Sol.

 

No es domesticable, 

muerde aunque le lleves la comida.

Sólo un vínculo en boceto

si te despojas del olor a humanidad.

 

Si confías, mueres, sino, mueres

y tu cadáver da para una noche.

Al día siguiente ya trasiega 

atacando las agujas del reloj.

 

Un abrazo para ti…

 

Un escoplo de a kilo

que se achica a cada golpe en su mención, 

horadando poco a poco su pelaje

y que resbala en su piel por mi traición.

 

Un ataque a cuatro flancos

de mordiscos y de redención.

Te lo devuelve en un aullido

que aviva mi desolación.

 

Un abrazo para ti…

 

Ruleta rusa sin vacíos

sesos esparcidos, son tu calor.

Papilla de un necio enamorado 

que especiado en tu mirada se finó.

 

 

El peligro del código encriptado,

un botón rojo nuclear

activado el protocolo con un verso

desatando la calamidad.

 

Una rana flotando en mitad del atolón.

 

Un abrazo para ti…

 

Yo todo te lo di

salvo lo que no encontré

ni en mi memoria,

ni en mis bolsillos, 

ni en mis buenos modales.

 

Mi cuerpo abierto con tijeras de alacrán.

Un saco marsupial a falta de contraventanas,

embadurnado en aceite de ricino.

 

El placer por mi dolor.

 

La borrachera por haber bebido un sueño.

 

Una guirnalda de besos descarriados, 

conjuntados con flores rojas, negras y amarillas,

una vez te pendularon

sazonando de pasado tus miserias,

estirando de futuro los élitros 

en un

                                  canto de vida.

 

Un abrazo para ti…

 

Bordear un 8.000 con un pasamontañas sin boquetes.

Mis brazos anhelando 

ser tu falla

cortando el esperpento

con el calor de mis tinieblas.

Rodearte desencajándome los huesos,

haciendo chicle de mi tuétano maldito.

Derretirte con la fuerza de otro yo.

Macizo inamovible por la rectitud que en el cielo abandonó.

 

Un abrazo para ti…

 

Hundida mi nariz en tu garganta 

llenando de lágrimas, los pozos,

clavículas que regarán tu corazón

en infiltración opaca de mi sinrazón.

 

Mis rizos como garfios se lanzaron,

abordaje pirata nigromante

sobre una carabela de obsidiana.

Atrapados frente a la amputación.

 

Aproveché la dureza de tu vientre

asenté una estaca por la base.

 

El poder de la boca negra del dragón.

 

Distrayéndote en un beso muy espeso 

poco a poco me acerqué.

 

Tus pies se calentaban.

 

Agarré fuerte tu barbilla

para que no vieses el porqué.

 

Yo te dije, esto es amor, 

te robé una última calada 

de la gloria atrapada en tu pulmón.

 

La usé para sonreírte

mientras me iba en mi último estertor.

 

 

Sí, un abrazo 

 

                           para ti.