Nos mirábamos sonriendo alma y alma
Y en un tierno saludo al percibirte
Estrella escondida, el fin, fue mirarte
Desde un cielo destruido, pero en calma.
Fue caminar por senderos fugases
Bajo la primavera de hojas blancas
Asi fuimos, del silencio a las palabras
Quedo un idioma dormido en el aire
Y consiente de ese dulce secreto
Supe que nunca olvidarte trataré.
Seré un tímido árbol de frutos dulces
Reprimido, temblare por cualquier cosa
Pero mis ramas y hojas ojalá abraces.