Musas Adormecidas
Mis musas se han ausentado,
las veo desde lejos.
Parecen dormir.
Las trato de despertar,
les grito,
mas no me escuchan.
Una musa seca
deja de ser musa,
aún más,
si se aleja sin excusa,
y deja tu reclusa alma,
reseca,
como una playa
sin pesca.
Los idus de marzo,
han callado.
Con mal augurio,
se han tornado
tan duros como el cuarzo,
sin desplazar más ideas.
La luna no tiene magia ya,
nomás allá cuelga
como un foco normal,
con poco por ofrecer a la laguna.
No veo más a ninguna de mis musas,
como seres celestiales.
Mis otrora doncellas,
me observan,
soslayando la aurora.
Por allí se van,
susurrando, amalayando,
y con sus añejos pañuelos,
secando de mis ojos, salitres lágrimas.
Olvidé como emular a mis héroes.
Por sufragio,
mis musas seculares
han votado
de no acusarme de plagio,
por todo aquello
que tomé prestado.
Enflaquecido y débil,
mi espíritu quebrantado,
gime hacia el cielo
en busca
de las musas adormecidas.
Tan solo una mirada suya,
bastaría para volver
a esas glorias perdidas.
Solamente
una musa redentora
divisé en lontananza,
trayendo consigo
timidez y esperanza.
Ella me intima
su quieta compañía.
Cuando ceñí su cabeza
con mi fulgente corona,
no supo si era de oro o fuego.
Solamente suplicó
que la coronara de nuevo.
Tommy Duque
Nov-6-2020
Riverview, Michigan.
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