Dios te salve, mujer trabajadora
de un marido rufián, maltratador,
de un negrero que a golpes de promesas
te ha robado la vida y el amor,
de un sargento tiránico y cobarde,
de un esbirro sin paz ni corazón
que te explota, te exprime como a un trapo
Y te roba el dinero y la salud.
Dios te salve del jefe que te acosa,
de ese cerdo que llaman “encargao”
de un sistema que te usa y te desprecia,
de un sistema machista, explotador
que te deja tirada con tus hijos
si te exprime el dolor, la enfermedad
que te arroja a una noche de tinieblas,
¡a la calle! si no puedes pagar
el alquiler que te impone un fondo buitre
y buscas un cajero que ocupar,
un refugio donde esconder tus hijos
y conseguirles un coscurro de pan.
Tu y yo ¿qué hacemos? ¡Mirar hacia otro lado!
cerrar los ojos, negar la realidad,
seguir votando a quienes lo fomentan
a quienes viven de sangre, miedo y hiel
sin darnos cuenta que un día nuestras hijas
pueden dormir en un banco, en un portal
que la miseria se extiende como peste
que no hay mañana sin paz ni libertad.
Hay que luchar por lograr un mundo nuevo,
hay que arrojar a las ratas y extirpar
ese cáncer de odio y de injusticia
que nos han hecho esclavos de una \"paz\"
cimentada en el miedo y en la fuerza
¡sal a la calle, te espero en el portal!