Mujer, mujer divina, mi musa preferida,
la de cabellos largos y la mirada clásica,
la de trenzas amargas, cuando la luz se apaga
y se mezcla su voz, con las voces del agua.
Mujer de carne y hueso, que ondula y se desliza
con aterciopelada suavidad, esquiva y permanente,
mujer que sabes elevar los brazos,
doblar rodilla, e inclinar la frente.
Mujer piadosa y a la vez intensa
en dar, en recibir y compartirlo todo,
mujer hecha de estrellas que se mezclan
con este pobre corazón de lodo.
Salud, por este día en tu homenaje,
Salud, por tus hermosas cicatrices,
salud, salud porque te lo mereces,
por los días tristes y las horas felices.
Que te bendiga Dios todos los dìas,
y te de la victoria en tus batallas,
mujer, mujer divina, musa mía,
que te acompañe Dios dónde tú vayas.