Si Flor caminó kilómetro por kilómetro el bosque “El Tupido” y no halló jamás la salida de ese bosque ni vio más a su hogar ni a sus padres Juan y Julia. Pasó dos días y una noche mirando la flor de color amarillo, porque cuando se aferró al instante de abrir a esa rosa de color amarillo, vio por fin la salida y la dirección correcta y el tiempo y más en el ocaso una fuerza muy atraída en ser la niña más hermosa del bosque “El Tupido”. Y siendo el bosque más tupido y más hermoso con flores sobre el césped, cuando en el desenlace final se siente Flor como una alfombra a los pies en ese clandestino bosque. Cuando en el trance de la verdad se vio Flor friolera y como un verdadero desastre de creer en el defectuoso corazón cuando se aferra el horror y más que eso se siente como un hálito frío y en la garganta un sólo grito ensordecedor. Y fue el alma de Flor, sí, su alma la que quiso volar lejos de allí mismo zucumbiendo en un sólo desastre de esos en que el delirio frío se aferra al hilo de la vida de Flor y en cada flor del bosque perdida se horrorizó de un espanto y tan seguro como la misma tormenta en que se gana un sólo desliz automatizado esperando por el deseo de ver el fin de ese bosque y tan húmedo como la sabana en derredor. Y Flor quedó como el trance mortífero, letal y vilmente indecoroso como un hábil tormento, cuando en su afán de creer en el trance imperfecto de un defecto en su pobre corazón, si en la vil insistencia de dar una comitiva de razones inertes e inmóviles, pero, trascendentales como la vida y el alma que volara lejos de allí mismo. Cuando en el delirio delirante de ver el cielo de mágica atracción y de un tormento irreal, pero, tan certero como la vida es, y más como la impoluta verdad. Se vio Flor queriendo barrer el tiempo, y más que eso como la esencia vil marcando a la vida de creer en el desenlace frío y en el álgido momento con la verdad en seriedad autónoma con la impoluta insistencia de ver y de llegar al fin. Cuando en el destino se aterró al frío y Flor quedó como la primera vez en que se amó insistentemente como sus padres aman a Flor. Flor se entristeció cuando en el delirio y en un sólo fracaso por tanto y por todo que sus lágrimas hacen un mar de sentimientos y tan gélidos como el mismo mal instante en que Flor pasa en soledad por el bosque “El Tupido”. Y el bosque callado, silente y en total mutismo y enmudeciendo la voz entre las ramas de los árboles caoba, nogal y roble, y de sus flores dando preámbulo a una alfombra llena de flores hermosas, pero, la más hermosa flor era Flor y tan perdida como el unísono de su voz petrificada de un espanto delicado y fuerte, pero, muy tenaz en su forma en dictar la forma de amar con la pureza de la verdad. Y Flor pasó kilómetro por kilómetro en medio del bosque “El Tupido”, y hasta casi se desmaya no por el hambre, porque en realidad hay frutas de todos los tamaños y sabores en el bosque, pero, su vida perdida en el bosque juegan un altercado frío y tan gélido como el mismo tormento y Flor se fue del mundo al desmayarse en pleno camino del bosque “El Tupido”, por no hallar jamás el fin del bosque. Porque cuando se aterra al delirio frío de un desastre se edificó como el tormento de creer en la totalidad de ver el cielo de tempestad se vio Flor desmayada entre los árboles de caoba y el roble. Como que en la insistencia de dar una sola verdad se electrizó la forma de creer en el delirio delirante de caer rendida a dormir una siesta y enseguida se aferró al delirio desafiante de dar con una sola verdad, porque cuando despertó la niña Flor, prosiguió en calma y sosegada con la morra aún en sus ojazos de niña como la misma Flor. Y tendida sobre el césped se vio mortífera de espantos cuando regresó a la realidad de que su mundo quedó como la más impoluta verdad e insistente certeza de que sí con franqueza se halla en medio del bosque. Cuando en el trance de la verdad se vio fría como la insistencia de creer en el imperfecto defecto de su cruel corazón latiendo a mil latidos. Cuando, de repente, Flor se aferró al trance de la verdad efímera, pero, perenne. Porque Flor perdida como el horizonte en medio de ese tupido bosque se despierta Flor de ese desmayo y se aferró al trance perfecto de caminar por el bosque buscando salida. El fin del bosque fue y siempre será el hogar de Juan y Julia, los padres de Flor. Si Flor busca la salida solamente porque desea salir y ver nuevamente a su hogar y a sus padres. Flor perdida y sin poder hallar fin a su alma siente como un pasaje de ida y sin regreso porque realmente no ve la salida de ese tupido bosque. El desenfreno en caminar por el bosque en busca de la salida sólo presiente morir en ese tupido bosque. Y, como toda niña llamada Flor era la flor perdida del bosque “El Tupido”. El desastre de Flor en poder sentir que está a punto de sollozar, pero, su voluntad la detiene, la fortalece y la mantiene en pie. Flor como la misma flor de color amarillo le da la salida en dirección correcta dejando a la flor del color amarillo abierta y no volvió a ver a la flor amarilla. Si la flor amarilla solamente tiene la dirección correcta y Flor sin poder percatarse por el miedo y el temor sin poder escapar de ese tupido bosque. La vida de Flor sólo socavó muy dentro del instinto y del paisaje del tupido bosque porque se vio como el tormento del cielo arrancando de raíz a las ramas del árbol de caoba, nogal y roble y, viendo que el bosque donde se halla Flor puede ser tan pequeño como una flor y, más como esa flor amarilla. La flor amarilla sigue y persigue a Flor desde sus pétalos abiertos cuando la flor amarilla sucumbe en un solo trance de abrir pétalos y dar y ofrecer la dirección correcta. Porque cuando Flor decide embarcar y buscar a esa flor amarilla que dejó atrás sólo recuerda a la flor amarilla con pétalos abiertos. Flor quiere hallar la salida de ese tupido bosque porque realmente necesita ayuda. La vida de Flor se ve afectada en salud, heridas y, traumas porque desde que Flor perdida en el bosque se llena su vestido de lodo y fango, de baches y, de la tierra húmeda. Cuando en el afán de creer en su perfecto corazón sólo quiere Flor ver el cielo como lo vio de niña junto a sus padres Juan y Julia. Si Flor perdida se aterra a su forma de ver al bosque solamente vio raíces grandes, flores en el suelo y, tierra húmeda por el rocío de los árboles y atmósfera cuando se torna insegura su alma, perdiendo conocimiento y razón de pensar en la dirección correcta hacia la salida real del bosque “El Tupido”. La niña Flor se siente débil, herida y, muy mal devastada y su corazón con un suave latido, pues, su rumbo quedó como herido está su cuerpo y más sus piernas y sus manos cayendo hacia el lodo del suelo. Y, como si fuera un solo tormento se vio en encrucijada de un espanto seguro en morir como marchita la flor amarilla por dejar a la flor amarilla con sus pétalos abiertos. La niña Flor siente a su alma desaparecer y en su afán de hallar a la salida en ese tupido bosque se siente aterrada, horrorizada y, de un espanto en sus propios ojos. La niña Flor en capricho exótico de dar con la dureza de la verdad de que se halla en medio del bosque sólo presiente fallecer en el instante en que halla a la flor amarilla para poder ver fin a la salida del bosque y a la incertidumbre de pernoctar allí. Si Flor en cada instante que mira a una fruta en medio del bosque la engulle, pues, tiene hambre. La niña Flor pasa desapercibida entre animales feroces del bosque, pues, la flor amarilla la protege del mal. Si la flor amarilla corre en ser como el dolor en ser como la herida punzante en cada herida de su piel por caer y rodar por la ladera llena de lodo y fango. La niña Flor sólo presiente como un dolor inocuo, pero, muy letal y tan mortífero como una letal daga hiriendo a su pecho. La niña Flor debe de aferrarse a todo y sobrevivir por todo y por todos cuando en el afán de dar una salida se vio enfrentando una sola verdad en que se aterra el solo desastre de creer en el afán de hallar a la salida. Si la niña como flor perdida va en busca de esa flor amarilla para poder creer en la salida del bosque tupido. Cuando en el alma de Flor se entristece por no poder hallar a esa flor de color amarillo cuando en su delirio se vio fuertemente herida y sin fuerza alguna en proseguir el camino que la lleve a la salida del bosque. El bosque “El Tupido”, solo tiene dos vertientes, una entrada y una salida, ambos rumbos los conoce perfectamente la flor de color amarillo cuando en el trance de Flor en la búsqueda de la salida se vio muy débil, pero, muy fuerte y, en su carácter de niña con apenas veinte años se vio como la niña del bosque “El Tupido”. Flor perdida y mal herida creyó en que su forma de atraer la conmísera existencia se vio fríamente friolera, álgida y, tan gélida como la luna con su luz de nácar cuando en su afán delirante como el cometa de luz apagada, sollozando e hiriendo por un costado una rama de un árbol a Flor cuando corre sin tiempo por el bosque. El bosque “El Tupido”, se aferra a la idea de que Flor está extremadamente perdida y que su alma se aferra al desconcierto de hallar a la salida en el bosque “El Tupido”. La niña Flor se convierte en ninfa, ángel o elfo y en un gnomo atrayendo a la magia de todo el bosque siendo las ninfas del olvido de ese bosque. Y, como ninfa soslayó en una sóla pena cuando quedó mortífera de un solo espanto seguro. Flor quedó destruída y, mal herida, pero, con la magia en ser una ninfa de color amarillo como lo era antes de caer en la ladera llena de fango y lodo con su vestido de color amarillo. Flor, como la niña más hermosa del bosque se vio intransigente, con desavenencias, con vicisitudes de dolores sin apaciguar cuando la niña Flor se atrevió en ser la caminante y la penitente en poder caminar hasta poder lograr ver, otra vez, de regreso a la flor de color amarillo. La niña Flor solamente esperó en ser como la flor de color amarillo esperando en ser rescatada como toda princesa de un cuento que tiene fin. Cuando, realmente, la niña Flor se vio mal inconsecuente, herida y, muy devastada, pero, el sol brilló en otro día más como Flor perdida en el bosque “El Tupido”. Y, el sol le alumbró el camino lleno de luz y de unos rayos resplandecientes totalmente cuando la niña Flor decide ser ese sol cuando su alma quiso ser como los rayos de ese sol y, tan inmensa como ese sol perdido en el cielo. Flor se vio intransigente, mal herida y, con dolores muy fuertes, pero, dentro de su alma, su alma debió de haber crecido como león espantado en medio de la selva y como todo un Dios creyó en ser tan grande como Él. El alma de la niña creció con luz propia descendente hacia el cielo dejando caer gotas de lluvia en el suelo. Y, Flor abrió tan grandes los ojos que pudo ver a la flor de color amarillo varada en el mismo lugar donde Flor dejó a esa flor amarilla con los pétalos abiertos y, Flor corrió apresuradamente a abrir a la flor margarita de color amarillo. Y, la niña Flor pudo al fin ver el camino de regreso a su hogar. Cuando la niña Flor encontró y halló a la flor de color amarillo como su vestido de color amarillo quiso abrir en pétalos a la flor y, descubrir el camino dentro de la rosa amarilla. Ese camino de regreso a su hogar y al principio del bosque para que la niña Flor y en su alma se debate una sola espera de esperar por la suerte de hallar a ese camino como final de la flor perdida que en realidad era Flor. El camino era pedregoso, con animales salvajes que observan a Flor desde lejos y muchas flores muy hermosas. La niña llamada Flor se vio intransigente, pavorosa, temerosa y, con horrores desde su interior tan empobrecido de espanto cuando puede saber de la dirección del camino a seguir para llegar al fin y a la salida del bosque “El Tupido”. En el bosque sólo halló desesperación, flacidez, debilidad, dolor y, siendo mal herida sólo halló la incertidumbre de proseguir ese camino. Porque cuando Flor abrió en pétalos a la flor de color amarillo debió en ser la niña más poderosa y más hermosa del bosque “El Tupido”. Flor quiso correr el camino pedregoso para llegar hasta el final de ese bosque, el cual, la tiene como rehén y, como la flor perdida más hermosa del bosque. Porque realmente tiene poder sobrenatural en hacer caer a la niña por la ladera llena de fango y de lodo, sólo presintiendo que pasa lo mismo que al principio cuando hace tres días y dos noches en que se perdió en el bosque “El Tupido”. La niña Flor va de kilómetro en kilómetro en busca de la salida de ese cruel bosque. Las ramas altas, fervorosas y, frondosas sólo le dan altura y le ofrecen un techo inseguro a la niña Flor. Flor cayó, otra vez, por la ladera adelantando al camino que debía de seguir y Flor prosigue el camino sin temor alguno queriendo escapar de ese cruel bosque. Flor, mira al cielo y sólo ve a todo un sol y, la flor de color amarillo brilla haciendo hincapié en que la niña Flor siga por siempre al sol. La niña Flor corre veloz a velozmente por el camino pedregoso y, se siente como toda niña huérfana, pero, indeleble como el sol en su piel. Y, Flor solamente zucumbió en un delirio tan delirante como poder irrumpir en el camino dejando atrás a los animales feroces, salvajes y, muy atemorizantes. Flor caminó ladera abajo y, prosiguió a su propio destino zucumbiendo en un solo deseo de ver el final del bosque y llegar a su santo hogar junto a sus padres Juan y Julia. Flor se siente desafiante con el alma en un hilo, pero, con su verdad a plenitud, si Flor acostumbra a caminar desde niña por los alrededores del bosque “El Tupido”, y, a su vez está llena de muy buenos recuerdos cuando en su afán de creer en el fin del bosque se electrizó la forma de amar junto al amor más fiel de sus padres Juan y Julia. Y, bajó ladera de principio a fin con el fin de hallar al fin del bosque “El Tupido”, y, aunque nunca la niña Flor halla el fin solo fue como una ninfa con su vestido en color amarillo. Cuando, realmente, se vio Flor desnuda como la alborada de otro día con el sol a cuestas de la vida y de la insistencia en poder salir y ver el fin de ese tupido bosque. Ese bosque está tupido de ricas flores y de buenos frutos cuando en el camino de Flor se formó la contienda en saber de que el rumbo de ese camino le ha destrozado todo el vestido a Flor, pero, ella en su afán de hallar el fin que aunque nunca lo ve, Flor cree en el fin sin destino solo caminar con rumbo incierto. Los padres de Flor tanto Juan y Julia, aún, están dormidos en su hogar y, así fue los próximos siete días más en que Flor está extraviada en el bosque “El Tupido”. Flor sobrevive a los animales feroces, a la lluvia, al hambre tan solo con la ayuda de la flor de color amarillo que en realidad es Flor, pero, Flor, aún, no lo sabe. Cuando Flor procura ser la más bella flor del bosque irrumpiendo en un solo destino frío, desolado, inerte, inmóvil, imperdonable de que Flor encontrara el fin del camino. Flor se convierte en una ninfa hermosa y, en el bosque pernocta Gabriel, un joven soñador, apuesto y, muy elegante cuando, de repente, se vio sólo, amargado y, en una eterna soledad. En el bosque “El Tupido” se halla Gabriel, pues, en una excursión de la escuela se adentra solo al bosque y se pierde también, pues, en el afán de creer en el comienzo de su perdido camino, Gabriel, solo halla un ajeado y roto vestido. Gabriel sentado en una piedra solo ve ramas muy altas en el bosque “El Tupido”, cuando, toma a sus manos y solloza con ellas en el rostro y solo ve el sol brillar desde el cielo y no halla la salida hacia su origen o cuna, como le ocurrió a Flor. El destino de Gabriel es igual o parecido al destino de Flor en el bosque “El Tupido”, la niña Flor como ninfa se vio intransigente y con un defecto en el corazón pernoctando bajo la eterna lluvia en el bosque. La flor de color amarillo, aún sigue y persigue a Flor a pie y a sombra por el bosque “El Tupido”, siendo Flor una ninfa muy hermosa como la flor de color amarillo que sube y baja por todo el bosque siguiendo a Flor. Gabriel, por un lado, se ve con pavores inciertos, con nervios atrayentes y con un desconcierto de bruces caídas sentado en esa piedra en el bosque “El Tupido”. Gabriel se aterra en desafiar al tormento de tempestades en el bosque al igual que lo hizo Flor sin percatarse que en su camino puede hallar a la ninfa más hermosa llamada Flor. Gabriel tuvo la gran suerte de ver a la ninfa más hermosa del bosque llamada Flor, Flor está vestida de un vestido muy hermoso de color amarillo cuando en su afán se siente como una hermosa flor destrozando el camino de Gabriel. Y, Flor se dedicó en saber del principio y fin de ese cruel bosque que la tomó como rehén para ser la ninfa más hermosa como el sol en medio del bosque llamado “El Tupido”. Y, Gabriel sentado sobre la piedra sollozando a lágrima viva decide antes de que llegue la noche embarcar y proseguir su destino. Gabriel ve una flor amarilla muy brillante y llamativa cuando va de camino en busca de la salida sin fin en el bosque “El Tupido”.
Continuará………………………………………………………………………………………