Rigo F. Garay

Sin justificación

Cuándo retomo la atención 

al presente, el agradecimiento

me llega y  entra una emoción 

cercana a ese arrepentimiento;

por no dejar ser al corazón 

el director del comportamiento,

en una graduada emancipación.

 

Para un sano esparcimiento,

sin promover la degradación,

construir un buen conocimiento;

que permita la reconciliación

de todo, el arto padecimiento

y los dolores en colección,

con el nulo azuzamiento,

necesario para la reflexión.

 

Y dejar el adoctrinamiento

mediocre, orientando la acción 

al correcto cumplimiento 

de la bondad, sin justificación.

 

Así amistar la aflicción,

disciplinar el perfeccionamiento

del gran arte y la compasión;

por fin llegar al entendimiento

de qué: el amor es la razón.

Rigoberto F. Garay