Así como la ortografía no fue mi fuerte, tampoco los finales felices.
Así como en los sueños en la vida real yo tengo frío, en mis manos, en mis dedos, en verano o en primavera.
Es que detrás de cada verso, cada poema, con un final lleno de flores, el aroma de la tierra mojada y todos los
albores que me han acompañado, hay como en Cumbre Borrascosas, un cielo lleno de nubarrones como si el cielo estuviera
por caerse sobre mí.
Siempre escribo sobre las tormentas, es que vivo dentro de ellas.
Lo que pasa es que siempre comparto mis sentimientos, mis pesares y mis sufrimientos.
Alguien me dijo en el silencio de la noche: se tu misma y yo no hice nada, ¿pueden creerlo? me quede callada, como dijo en sus versos Julia Burgos yo fui la más callada, la más callada de todos los amores que llegaron a tu puerto.
¿Esa será mi herencia, la mía la de mis hijos y lo serán en toda mi descendencia?.
Quisiera que esto leyeran mis hijos, nada ha sido fácil para mí.Tampoco para ellos, tampoco para las personas que me han rodeado, tampoco para las personas que están leyendo esto.Es que nacemos para ser felices, pero nuestro mundo a medida que crecemos nos inyecta el miedo.
No engendran con un temperamento básico de insatisfacción.
Surgen los mandatos, los no podes, no toques, no corras y todos los por qué, se quedan sin respuestas.
Yo no tenía a quien preguntar, mi madre no estaba ya en este mundo, yo tenía cuatro años y ella se fue a un lugar de donde no se regresa.
Pero esa es MI VIDA, hay otros que tienen sus padres, que están para protegerlos, pero no es así, porque algunos nacen con estrellas Y otros nacen estrellados. Creo que ustedes que están leyendo esto, entienden.
Entonces qué debemos hacer?
Yo no lo sé, nadie lo sabe, y volvemos siempre al punto de partida. ¡Todas las respuestas están dentro de nosotros!.
También dice que desde otro plano elegimos, la vida que queremos vivir y eso es discutible.
Pero cuando encontramos por fin la punta del iceberg, ya estamos más cercanos a la muerte como para disolver tanto hielo.
Cuando estamos a punto de ver las estrellas, en el camino nos ciegan y no podemos ver tanto universo.
Y no me pongan emoticones con lágrimas, ni que es bello ni nada de frivolidades, díganme si les ha servido mis honestas y propias miserias.
Díganme a mí, que estoy aún entre los vivos y que somos espejos, que se sienten identificadas/os, que este escrito es el sitio en donde ustedes se encuentran.
Les dejo esto que es de mi cosecha, de mi puño y es mi letra, mi pluma y mi tintero.
¡¡MIS VIDRIOS ROTOS!!
Empezó a las tres de la madrugada
mientras intentaba conciliar el sueño
porque el insomnio me abatía,
el viento irrumpió en mi estancia
sombre los cristales de mi vida
las copas de los árboles en mi abadía
parecían hamacarse o se rompían.
El cerro a lo lejos,
los árboles y mi ventana
rompían los vidrios de mi alma
rondando como fantasma
recorrí los recuerdos que dolían,
y subí las escaleras del tiempo
llegando a una infancia de agonías
con los miedos de una niña perdida.
Una línea en el horizonte
a la derecha el pasado
el otro extremo el presente
y en el centro un dolor se escondía
recuerdos con la violencia del viento
en mi jardín de versos lloraron
las penas entre la palmera
delante de la puerta el desierto.
La indefensa Capilla del Monte
con mis fantasmas se prendía
entre las paredes de un viento
que se torno sollozo en el huerto
donde madura la herida.-