Henchida el alma de voces íntimas
me detengo en ese lapso, adormecido,
rescatando la armonía de sus cantos
que se abren en signos inefables
y ajenos al tiempo...
Remito mi pensar a la raíz profunda
que siempre nutre y enriquece la vida
y descanso en esas voces mi ser arrullado,
por la brisa y la corriente del río,
bajo la sombra cordial de los cipreses
ya lejos del sol, como los versos míos.
Y salgo renovado de esa armonía
y del descanso arrullado en la penumbra.
De mi libro “De la espera a lo esperado”. 2011 ISBN 978-987-1415-41-0