Las ramas de araucaria,
se desprenden,
violencia del viento.
Las raíces
abandonan la tierra,
cae su tronco,
como caen los habitantes
a la tierra.
Caminas por los adoquines,
las estaciones del tiempo,
A veces,
el olvido deja el amor
en tus manos,
como malla fina
separa el mineral,
te deja
piedrecillas de oro.
El olvido no se lleva
las huellas del amor.
Como el viento
Juega con las ramas,
hay cosas ineludibles,
el tiempo
en silencio
juega en silencio
con tu cuerpo,
y las manos
no capturan
los rayos de sol,
pero
los días son la ventana
del jardín,
que hiciste con tus manos.
¿Para que necesitas
eludir el tiempo?
Tu jardín, asombro
de flores, que sembraste.