Quiero encontrarte cuando te sientes perdida,
y ofrecerte otro mar en el cual navegues,
arrullarte agitando a las olas de tu cama,
hacerte sentir conmigo tan envuelta,
si tus ratos son timoratos que cesen
y así extiendas el deseo de corresponderme...
Quiero cercenar bruscamente los reconcomios
de tus horas, las que siendo macilentas te hostigan
y ser elocuente en el silencio expresando mi cariño;
ser tu calma, en el furor de una erupción
y viajar juntos al cielo que luminosamente nos aguarda,
para opacar al estruendo del orbe con el calor
de un grito, de nuestro grito,
cuando nos amemos con delicadeza.