Don Lucio
tiene el sucio
pelaje de gorila
y usa una pistola debajo de su axila
y al no poder ganarse con votos
su alegría,
de triste que se siente
conspira y conspira.
Tomó la policía
y le solplo al oído
la ley tergiversada
que nadie había leído.
Y entonces los idiotas
que siempre se despueblan
pusieron en sus botas
la sangre de esa letra.
Primero fue Honduras
ahora El Ecuador
mañana, ¿quien lo sabe?.
¡Alerta!
ya empezó...