(Fragmento)
¡Oh Gabriela! de tí, maestra de la América encendida
Me viene un aire de niñez feliz
Cuando en los libros de la amada escuela
Mil y unas tantas veces te leí. Recuerdo un cardo
Que humilde crecía junto al camino
Y te refleja a ti y en ti refleja.
Estoica esclarecida, soberana de amor y de ternura,
Veo tus rudos pies corriendo presurosos
Hacia la ruda escuela de la vida:
Una mujer que sangra por la herida
Del creador.
LntVanessaTawer ©®