Mirando la fontana embelesada
asoman dos mechones en su oreja;
el dedo se humedece ensimismada
pensando en los motivos de su queja.
La gente va pasando enajenada
en medio del bullicio que se aleja;
quedándose feliz, y enamorada
del sol, que dulcemente la corteja.
Vestida con su traje de dulzura
de plata luce helénicos zarcillos;
haciéndole brillar su hermosa frente
de paz, tranquilidad y de ternura,
ciñendo sus cabellos con cintillos
la dama misteriosa de la fuente.
Crystal CG.