Me gusta pensar que aún me esperas,
que no eres un artificio de la memoria.
Me gusta imaginarte aguardando…
como si ya llegara,
como si aún fuera parte de tu historia…
y estuviera palpitando en tus recuerdos,
como si latiera en tu rutina…
al ritmo de unos precipitados suspiros.
Te veo en el viejo muelle…observando el ocaso,
mirando esconderse el sol…detrás de la tristeza,
donde nacen las sombras,
donde azotan las olas de la impaciencia…
y desembarcan las piraguas pintadas de dudas.
Parece desvanecerse la luna en el reflejo del agua,
parecen evaporarse los sueños en las negruras del insomnio,
y siento desfallecer los delirios,
quisiera dar por concluida la vigilia,
debería de una vez abandonar la incertidumbre…
y aceptar la tragedia de tu despedida.
Me ciego en creer que todavía te existo.
Quiero suponer que aún me extrañas…
que piensas en mi…inesperadamente,
y repentinamente me vislumbras en tu día a día.
Quiero presumir que has renunciado a mi ausencia…
y que añoras mi presencia,
y que de cuando en vez percibes mi fragancia…
y te dejas vencer por lo sublime de una lágrima…
cuando te arremete la nostalgia…
cuando la melancolía te abruma el alma.
Me gusta pensar que aún me esperas…
aunque sepa yo (con mucho pesar) que lo único que realmente aspiras …
es olvidarme y borrarme de tu vida.