Declaro que tus labios son la hoguera
que torna las caricias en exceso
e imanta mis pasiones con el beso
ceñida piel con piel, a tu manera.
Declaro que, en tus manos, -viva o muera-
me pierdo cada noche, cuando preso
se queda mi deseo a tu embeleso,
con llantos y gemidos en tu vera.
Declaro que mi cuerpo en amalgama
contigo, como ofrenda en el altar
de Amor es la ternura. El corazón
que rinde pleitesía a quien te ama
en cuerpo y alma -el templo- al avivar
la eterna llamarada de pasión.