¿Cuántas veces, ¡ay! mar nos has visto llorar?
¿cuántas lágrimas asimilaste por nuestro pesar?
¿cuántos versos rebosaron en tu salada espuma?
¿cuántos sueños en tus olas sin esperanza alguna?
¡Yo te conozco mar! tú estás hecho de amargura,
aguas indiferentes de la historia de la humanidad,
tu sabor es de lágrima pura, salada y sin edad,
rodeas todas las tierras y esperas nuestras penas,
aliados son los ríos, nuestras gotas de dolor te llevan
y harto de sal y de la amargura, germinas la vida,
así, devuelves al hombre dolor y penas por comida.
Y en cada grano de arena, el llanto es tu medida.
Seguro ignorabas que los ríos no te han sido leales
pues resguardan aguas de alegrías en sus reales,
de ahí lo dulce que el hombre al río bien bendice
y por cada gota rodada que lleva un gran dolor,
existen gotas que se visten de alegría y de color.
No te extrañe mar que tu secreto al fin descubra,
pues tu grandeza a un poeta jamás lo encumbra,
al contrario, lo humilla y lo hace un ser mejor.
Andrés Romo
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