No fue una entrega condicionada
fue el tipo de promesa que deja el día cuando se marcha,
aquella que solo los que han amado conocen,
aquella que permite creer en una mirada, en un suspiro,
la que en una palabra resume la esperanza.
Fue la promesa de dos enamorados,
que mueren y nacen con cada caricia
sus cuerpos estremecidos en una habitación clandestina.
Ahora soy tuya, ahora eres mía,
el tiempo es solo un instrumento para amarnos.
Pero el tiempo antes aliado,
se ha vuelto contra nosotros y tu promesa has olvidado
hoy, la que ayer fue tu mujer espera ser redimida.