Vengo de tus aguas,
vengo de tu cielo,
de tus lunas y estrellas,
de los vellos en tu pecho.
Vengo de tu huella,
de tu sonrisa y silencio,
de tu fuerza de vida,
donde todo es un sueño.
Vengo de tus ojos,
de tu boca y tu cuello,
a enredarme en tu ser
en un vuelo eterno.
Vengo de tu arena
y soy el barro en tu cuerpo
que se lleva la lluvia
y que se ahoga en tus besos.