El mar se puso agitado
y aquel cielo, oscurecido.
El mar barrió aquella playa
y la paz de un buen amigo.
El mar con su turbulencia
provocó fuerte sonido
que asusta, nunca lo niego,
cuando furioso lo miro.
El mar agitó sus olas
lo digo y soy fiel testigo
le quiso llevar la vida,
lo puso muy afligido.
¡Oh mar que agitas tu vientre
no intentes dolor continuo,
que su vida siga alegre
por los valles y caminos!
Que la fuerza de tu vientre
no lo arrope como a un río
cuando llega a tu bocana
y termina en ti vencido.
¡Sé valiente en la penumbra,
de ese mar que está bravío!
Que tus remos nunca cesen
de remar con mucho ahínco
pues la costa siempre espera
que tú llegues con tu brillo
porque mientras tú navegues
nunca nada está perdido.
¡Oh marea perniciosa
no golpees ya a mi amigo!
No le causes más dolores
ni su barco hagas sombrío
que si está en puerto seguro
nunca tú podrás hundirlo
porque estamos todos juntos
apoyando a nuestro amigo
en las turbulentas aguas
que a dolor lo han sometido
pero está ahora en la playa
muy sereno y pensativo
con su corazón ardiente
y también agradecido
porque en cruenta turbulencia
tuvo a bien muchos amigos.
Dadle paz, serenidad,
sus amigos lo pedimos;
la salud es primordial,
para andar nuevos caminos.