No soy un mueble,
ni la persona que te lastimó,
solo soy recipiente
de tus mentiras que existieron.
No estoy para ti, patán,
sigo firme con mi convicción
sorora, al cielo y la tierra,
por eso marcho con todas las demás.
No soy un secreto,
ni la vergüenza de tu espejo,
no soy un recuerdo,
soy la memoria de nuestros ancestros.
Te escribo esto, patán,
porque reconozco que, a veces,
nosotras somos eso
y eso, creo, no lo reconocemos.
Esto será rápido, no temas,
acabemos y comencemos,
porque me cansé de tus migajas
de miseria y misterio.
Me cansé de ti,
me cansé de mí.