De entre tús cristales emana un presagio:
La lluvia puede postergarse.
Y aquí estoy,
cabalgando en tú mirada,
presintiendo millas eternas a través de tus ojos,
preguntándole a la noche por tus sueños.
Sí, soy un desconocido que irrumpe en el bosque de tus misterios,
que irrumpe, en la habitación de tus pasos para beber de los detalles minúsculos de tú sonrisa.
Sí,
soy un peregrino anónimo de los valles de tú imagen;
qué en asiduo le pregunta a la noche por tus secretos.
Dime: ¿Qué esconden tus cristales?
Dime: ¿Qué aguarda tú mirada?