Mientras van bailando las hojas en el viento y la lluvia, veo a los pétalos mojarse en el arcoíris, liberando el perfume de la mañana abrumadora.
Sosegante y entreabierta en la brisa cómo un rayo en las nubes, huyendo del cielo con su fragancia expandida en la tierra.
Elegante, amapola, dueña del agua y la arena.
Resuenan y atraviesan los aguijones de las avispas en tu piel empapada de néctar y arcoíris, dejando ver al sol oculto y reverberante.