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**~Novela Corta - La Llama de Pasión - Parte I~**

Pedro Juan es un joven amante del balompié y le gusta asiduamente asistir al parque para poder observar de cerca un juego de balompié. Pedro Juan disfruta de la vida esperando a que la vida le de la buena suerte en poder vivir mejor. La vida de Pedro Juan ha sido excelente hasta que encuentra el verdadero amor, el verdadero amor de Pedro Juan es Annette de la Llama. Annette de la Llama, una mujer altamente llena de un calibre sobrenatural se dedica a ser la amante vehemente y pasional de Pedro Juan. Annette de la Llama va en busca de calor humano y de un amor casi trascendental, pero, muy real. El amor entre ambos ocurre cuando se conocen en un restaurante. Pedro Juan sale airoso de uno de los juegos de balompié en el estadio y Annette de la Llama visita al restaurante con su esposo, un elegante empresario, pero, funesto y aciago en el amor. Annette de la Llama se siente sin poder ver el sol y sin poder ver la lluvia, pues, en el campo del amor se debate una sola triste y amarga desesperación y tan inocua, pero, real. La vida de Pedro Juan se siente como se percibe el alma sin luz y el corazón sin amor porque Pedro Juan, aún, no halla el amor. Annette de la Llama se electriza su cometido de conocer a Pedro Juan y se siente desapercibida e incolora como el cielo celeste que pinta con nubes blancas. Annette de la Llama cree en el amor sin dolores y sin más que insignificante pena. Annette de la Llama cree en ver una llama de pasión desnuda enfrentando a su propio corazón, pero, Pedro Juan siente una llama encendida en su corazón, pero, aún, no conoce el deseo, la lujuria, la vehemencia, la virilidad y, la libidinosidad en pasión subrepticia porque todo calla menos la llama encendida de dos amantes que desean ver el cielo de cálido sol. Cuando Pedro Juan se siente como la fuerza en tiempos de soledad, irrumpiendo en un solo destino en que la llama del corazón se enciende en llama de pasión sin saber que el tiempo no caduca ni en tempestades ni en buenos momentos. Pedro Juan se siente como el suave murmullo destrozando el sol como una aventura en que se percibe el amor a cuestas de la razón perdida cuando se sabe que el tiempo no expira ni pasa desapercibido. Annette de la Llama llama a su corazón lleno de pasión cuando en el fino restaurante conoce a Pedro Juan al pasar por el pasillo en dirección hacia la salida. Annette de la Llama y Pedro Juan se conocen impetuosamente, delicadamente y, con la llama encendida de la pasión del amor en la mirada zucumbiendo en un trance perfecto en querer amar. Annette de la Llama se presenta como una joven soñadora, como una ilusión, como una verdad en que se atemoriza el solo corazón por querer amar sin sentir la llama de la pasión correr por las venas. Si se siente como un dolor intransigente, indecoroso, pero, lleno de placer en la espera de querer amarrar el amor en el mismo corazón. Y, ese pasillo presentó la cálida mirada, desenfreno al corazón e insistente corazonada en ilusión eterna cuando cruzan miradas ambos. Pedro Juan se percibe como el balón de ese juego en balompié que acaba de presenciar, pero, no, es inmortal, letal y doloroso. Cuando en el juego del amor Pedro Juan conoce a Annette de la Llama. Cuando en ese pasillo florece el amor y la pasión en cuestión de un segundo como poder haberse mirado a los ojos tanto Pedro Juan y Annette de la Llama. Pedro Juan hace alardes de caballero respetable y Annette de la Llama le corresponde como si fuera una llama que el viento hizo volar en la hoguera. Esa llama de pasión cayó rendida en el corazón de Pedro Juan amando como nunca. La llama que llama en ser la llama de la pasión quedó adherida a dos fogatas encendidas por el amor y la pasión florecida entre ambos amantes en ese pasillo huérfano de gente. Los ojos de Pedro Juan brillan de emoción y Annette de la Llama decide conocer más a fondo a Pedro Juan mintiendo en el acto que es soltera. La joven llamada Annette de la Llama cree en la vida de suerte y de amor, aunque sea, clandestino y subrepticio ocultando la verdad que es casada con un empresario, el cual, es funesto y aciago su relación. Annette de la Llama ve a su esposo venir al pasillo y toma por un brazo a Pedro Juan y le dice al señor del “valet parking”, que le traiga a su automóvil. Tanto Pedro Juan y Annette de la Llama embarcan una osadía en amar vanidosamente e impetuosamente esa noche que apenas se conocen en un hotel que Annette de la Llama lleva a Pedro Juan y él acepta ser su amor, a pesar, que no sabe la verdad que Annette de la Llama está casada. La relación de ambos se torna desesperada, subrepticia y, llena de temor por parte de Annette de la Llama siendo ésta la amante, la querida del amor de Pedro Juan. La vida entre ambos es inocua, pero, muy trascendental porque siempre el punto de partida es ese hotel donde ambos se aman subrepticiamente y ocultando toda verdad en que se ama sin consciencia, sin condonación y, sin poder petrificar el frío en el corazón. La vida de ambos se torna insegura, devastada, inconsecuente y, con desavenencias, pero, el amor florece totalmente y vehementemente con la llama de la pasión dentro, sí, del corazón y en ese interior de color carmín como la sangre de color escarlata se siente ardiente y pasional. La vida de ambos amantes se torna insegura por parte de Annette de la Llama cuando oculta la relación extramarital. Por lo tanto, Pedro Juan y Annette de la Llama presienten una llama encendida entre sus corazones sin poder resistir del amor total entre ambos. La vida de Annette de la Llama cambió totalmente de mal a bien cuando entregó amor y pasión en el alma cuando por fin quiso entregar el alma. Ambos quisieron amarse entre los escollos de una sola pregunta, la cual, se formula de tal forma, ¿por qué la llama de pasión quedó encendida entre el alma y el corazón?, la pregunta quiso contestar aquello que nadie puede saber ni contestar lo que se preguntó. La vida entre ambos dibujó aquello que sólo el corazón puede ver, sentir e imaginar que la pintura es tinta imborrable. La vida de la pareja con relación extramarital se tornó pesada, pero, inocua, trascendental y, muy eficaz en el amor. La vida entre Pedro Juan y Annette de la Llama se tornó y apareció marcada por la mala inconveniencia que a veces da la vida cuando en el trance de la verdad se vio una relación friolera marcando un trayecto perdido, con temor a hacer un camino desolado. El camino quedó atrapado entre dos vertientes, la del amor y la del engaño en felonía. La vida quedó atada, marcada y, muy indeleble zucumbiendo en un solo mal percance. Porque cuando en el hotel en que se ama Pedro Juan y Annette de la Llama es un hotel de lujo de una fortuna, la cual, Annette de la Llama no escatima en gastos. La esencia y la presencia se debaten en una sola mala conmiseración instruyendo el camino en un dolor perenne cuando Annette de la Llama ama a Pedro Juan en ese hotel. La locura en amar se nota en la forma de la pasión como llama que llama en ser pasionalmente, vehemente y transparente como ser el diamante pulido que antes era un diamante en bruto dejando impoluto al diamante. Pedro Juan sin poder hallar la verdad se siente persistente, muerto de amor y, vilmente malherido con el amor de Annette de la Llama. La vida desesperada entre ambos corazones amó doblemente cuando el alma y el corazón se mezclan en un abrir y cerrar de ojos cuando sus miradas atraen el amor, la paciencia, la presencia, la pasión y, más el indeleble corazón amando con latidos fuertes sin borrar el sentir del amor en el mismo corazón. Cuando Pedro Juan y Annette de la Llama se aman por tercera vez y por tercera ocasión en que se reencuentran en el hotel se siente como un amor falso, clandestino, funesto, aciago y, más que eso un amor de mentira tan ficticio como las caricias en subrepticio que le ofrece Annette de la Llama a Pedro Juan. El amor subrepticio, oculto, omiso y prudente se vio como la órbita lunar atrapando a ambos cuerpos sedientos de un cálido amor en el mismo corazón. Porque cuando en el alma de Pedro Juan y de Annette de la Llama se torna pesarosa y atraída por la desnudez del amor en sábanas cálidas de un amor que se amó con dolores y todo porque Annette de la Llama amó con dolor. La vida de Annette de la Llama no fue clandestina sino subrepticia y oculta como se oculta el sol en sombras pasajeras. Si el sol no le dio ni entre las piernas dejando una estela de mal sabor entre el dolor y el oculto amor de Annette de la Llama. La vida de Pedro Juan fue insegura, inestable y, sin presencia de la impoluta verdad porque Annette de la Llama le oculta que es una mujer casada y su dirigido cuerpo crece como león en medio de la selva amando como nunca a un buen hombre en que sólo le importa el juego de balompié. Pedro Juan se debate entre la verdad y la mentira en que sustenta el parecer de un amor pasional como la llama encendida de la pasión, pero, realmente es un amor ficticio, clandestino e irreal por parte de Annette de la Llama. La vida de Annette de la Llama se siente intransigente, con pena y, desasosiego por amar a un amor sucesivo, por el cual, se percibe una condena de amor por amar subrepticiamente a Pedro Juan cuando Annette de la Llama ama ocultamente con la llama de la pasión a Pedro Juan. Cuando Annette de la Llama en el embate del amor cree amar con delirios y caricias ofrecidas por amor con la llama de la pasión desnuda sintiendo el amor en cada pasión. Cuando en el afán de creer en el alma sosegada de tiempo y de delirios fríos dejando caer el alma en suave pasión fue el amor en cada delirio. Cuando en el afán de amar con pasiones se vio el perfecto desafío de creer en el comienzo de dar una sola mala explicación del amor de Annette de la Llama hacia Pedro Juan. Y, Pedro Juan flechado con la flecha del amor y la llama de pasión tan encendida en el mismo corazón que el mismo fuego. Annette de la Llama era la mujer ideal, pero, la mentira subrayó del amor una falsa espera como esperanza en el amor. Annette de la Llama cuando en el altercado de la verdad se aferró a la certeza de dar con la impoluta verdad, pero, en su propio corazón. Y, Pedro Juan sin sospechar ni saber de la esencia de la verdad cuando en el instante se percibe que el desastre se aterró a enfrascar la impoluta verdad. Si Pedro Juan fue a la deriva cumpliendo cabalmente con el amor, la pasión de ese amor y en la relación entre él y Annette de la Llama. La llama se encendió pasadas las doce de la medianoche cuando en la cuarta ocasión y cuarta noche se amaron vehementemente entregando cuerpo y alma, vida y corazón, pero, zucumbió en un trance imperfecto de creer en el destino de cada cual, cuando en el camino de aquel pasillo en el restaurante no debió nunca de conocer a Annette de la Llama con aquella llama de pasión encendida entre ambos. La vida entre Annette de la Llama y Pedro Juan se juega un delirio delirante de creer siempre en el alma y en el corazón de ésa mujer de nombre Annette de la Llama cuando en el embate de creer en el corazón la llama fue como un flechazo dentro del corazón. La vida entre ésta pareja se debe a que el silencio automatizado irrumpe en un delirio tan penetrante como poder sentir en el alma esa llama de pasión encendida que es absorta y que aturde en el mismo corazón amando como nunca. La esencia se debate en una falsa presencia porque realmente Annette de la Llama verdaderamente lo engaña con falso amor, con certera mentira y, con una terrible traición a cuestas de la impoluta verdad de que ella está casada. El esposo de Annette de la Llama insospechado por la verdad se vio fríamente engañado por la falsedad de Annette de la Llama y sin sospechar del engaño en felonía por parte de su esposa Annette de la Llama. La vida de Annette de la Llama fue existencialmente buena hasta que conoce en el pasillo del restaurante a Pedro Juan dejando saber que el amor, aún, existe. Annette de la Llama llama a ser como el delirio sosegado, como la penitente conmísera atracción de creer en el embate de dar un artificial amor. La vida de Annette de la Llama se vio trastocada de espantos, de miedos y de artificial caricia en la fantasía de amar bajo la tutela del amor a cuestas de la felonía en aciago mal desenlace. El fin entre ambas parejas se torna irreal e inocuo dejando una estela sin sabor de amar bajo el imperio de una mirada clandestinamente pasional. La vida de Annette de la Llama se vio efímeramente malherida cuando le miente a sabiendas de la felonía a traición que le dicta a hacer su corazón cuando en el afán de creer en la verdad sólo su corazón lo puede saber. Annette de la Llama se siente fríamente mal inconsecuente cuando se debate a la espera de amar con la llama de pasión del corazón por quinta ocasión al verse con Pedro Juan en el hotel. Cuando Annette de la Llama en el altercado se aterra y se aferra al decir amor clandestinamente bajo las sábanas de un destino tan frío como poder saber de su malherido corazón. Pedro Juan en su inocencia de hombre enamorado cree en la posibilidad de amar pasionalmente a Annette de la Llama cuando ocurre el desenlace de esa fatal relación extramarital que tiene Annette de la Llama con Pedro Juan. La vida de Annette de la Llama se vio terriblemente alterada en la forma de amar bajo la llama de pasión, y, que aún, le llama en ser como la llama del dolor, de la vehemencia, de la pasión y, del subrepticio calor y amor entre dos amantes. Ambos amantes se dedican fuertemente en hacer de la vida como dos cometas de luz, pero, en la fuerza del amor, sólo queda el suburbio dentro del corazón amando como dos amantes de una sombra, en la cual, no da abasto el sol. Cuando se petrifica la forma de amarse, pero, no obstante se dedica en ser como la alborada limpia e impoluta con el sol a cuestas. Annette de la Llama petrificó su esencia en sudores extraños al abrir al amor en sábanas de dolores clandestinos de sinsabores porque el alma de Annette de la Llama calmó el delirio y el frío de su amante en brazos cálidos de ternura, de pasión y, de caricias en subrepticio dolor. Y, Annette de la Llama quedó mortífera de un espanto doloroso, pero, muy cruel sin esperar a que el tiempo caducará como el sol en sombras desiertas. Y, Pedro Juan insospechado, pero, muy abatido y cálido con las caricias ofrecidas y muy correspondidas de Pedro Juan hacia Annette de la Llama cuando en su afán quiso ver el cielo de sol, pero, solo fue un mal tiempo como de tormenta. Cuando en el instinto se vio letal como el tiempo con barrer la osadía de ver el cielo lleno de sol. Cuando en el amor solo se intensificó como el invierno, pero, cálido como las caricias en subrepticio y tan ocultas como el dolor que lleva Annette de la Llama. Si Annette de la Llama desea invadir el corazón de Pedro Juan con el verdadero amor en que la pasión corre en ser como el tiempo en que se supone que amara como el dolor a la infelicidad, pero, esta vez se amó con la llama de pasión sin deserción. Cuando en el altercado frío y friolero, pero, lleno de pasión se vio insistentemente frío como el ademán verdadero de creer que la caricia se debe a sentir el calor entre permanecer entre los brazos de Annette de la Llama. Y, la llama de pasión corrió en ser como lo fructífero, frondoso e impetuoso cuando realmente Annette de la Llama desea caer en el precipicio del amor a cuestas de la razón temiendo descubrir a su verdad. Cuando Pedro Juan en el ocaso se vio letal y petrificado como un meteoro sobre la Tierra descubriendo que el sol está a cuestas de la verdad. La insistencia de Pedro Juan se constató en que solo quiere amar realmente a ésa mujer que le ofreció amor, deseo y, llama de pasión. 

 

Continuará………………………………………………………………………………………..