Deja que la mariposa salga de su capullo,
Y sentiras un dejo de ternura,
Al sentir del cefiro en su murmullo
Es la voz audible de la dulzura.
Dime si no es dulce una mariposa
O acaso si vuelo no te provoca suspiros,
Si al igual que una rosa,
Ambas embellecen al jardin marchito.
Cuánta delicadeza hay en sus colores,
Como a si mismo en su vuelo,
Ella que provoca mil emociones
Y que hace estremecer al corazon en el pecho.
Ella que es un destello de perfección,
La alegría sutil del huerto,
La amante eterna de una flor
La musa de pintores, cantores
Y la que le susurra al poeta mil versos.
Si ves a una mariposa volar,
No le cortes su libertad,
Déjala ser, y en su vuelo te agradecera.