Miro tu cuerpo al que todavía no me acostumbro, rozando tu piel de seda que se eriza al paso de mis dedos, miradas de silencios con ojos de luceros.
Te veo floreciendo entre tu cabello con la boca entreabierta pronunciando palabras que no terminan.
Entre suspiros te mueves resplandeciente sobre mi, mirando el cielo mientras sepultas tus manos en mi pecho
Intimidad oscura donde se pierde el paso del tiempo y se aquietan las mareas de las memorias
Te miraré en tus sueños con la vigilia de mis tardes milagrosas
Mientras despiertas misteriosa
Abrazada a la orilla de mi vida
Que se divisa por primera vez