Amor mío, solo mío,
cómo puedo convencerte
que este amor que guarda mi alma
nunca, nunca se envejece
porque tú le das la vida,
porque joven lo mantienes
y que solo con tu ausencia,
de tristeza casi muere.
Amor mío, solo mío,
cómo puedo retenerte
en mi lecho y en mis brazos
desde enero hasta diciembre
con todas sus estaciones
si tu amor nunca florece,
si tu amor siempre se escapa,
como viento frío y fuerte.
Amor mío, solo mío,
con sabor a ricas nueces,
siempre me voy preguntando:
¿Por qué juegas a esconderte?
¿Es que acaso tienes otro
y por eso no me quieres?
¡Dame pronto una respuesta,
porque tu silencio duele!
Amor mío, solo mío,
cómo quieres que demuestre
el amor que hay en mis venas
si hasta sangran por tenerte.
Y de tanto estar sangrando,
más mis venas se oscurecen
como el árbol del desierto
que sediento siempre muere.
Amor mío, solo mío,
cómo puedo estar alegre
si quedito te me escondes
como flor entre la nieve
donde el frío me carcome
y rechina hasta mis dientes.
¡Ven aprisa con tu abrigo,
antes que la sacra muerte!