Los desacuerdos del mundo te hicieron cambiar de ruta, y las llamadas de luz
Conociste en penumbras.
Con juventud caprichosa te iniciabas la aventura, de aquellas primeras cosas que
alegraría tu vida.
Conociste el amor de una doncella preciosa, encausaste el camino
Y no fue el de muchas rosas.
Enemigos y tensiones se agrupaban en tu espera, nidos y tramas de hermanos,
Enredados en tus penas.
Tuviste pérdidas grandes, sin quebrarse tu fe eterna, lloraste penas de antes
Sin olvidar las quimeras.
Soportaste el dolor dejando siempre las huellas, kamikazes de estos tiempos
Heridas que nos laceran.
Ahora la edad te limita, ahora el dolor te provoca, ya no eres el de entonces, ahora
las heridas sobran, te esperan pronto los días, de alivios y primaveras;
Ojalá que seas feliz con una recompensa plena.