Canto al amor y a la vida
la paz y la libertad
a la justicia, al trabajo
a la fe y a la igualdad,
al equilibrio del orbe
a la ternura, a la fe
en un futuro en que todos
cumplamos con esa ley
que no la ha dictado el hombre
porque está escrita en la piel
del niño recién nacido
en sus ojos y en su voz
en su sonrisa y su llanto
en sus manitas en flor
que acarician con ternura
que limpian el corazón,
una esperanza de vida,
la fe en un mundo mejor.
Le canto a la madrugada,
le canto al primer amor
al primer beso, a ese día
que abriste tu pecho en flor
como una rosa encendida,
como un regalo de Dios
cuando tu cuerpo y mi cuerpo
se unieron en comunión
y descubrimos que el tiempo
no lo controla el reloj
que Cronos nos hace trampas
que hay otro mundo mejor
dentro de nosotros mismos
donde no alcanza el rencor
ni los odios ni la envidia
ni el egoísmo traidor
Ese es el Dios en que creo
¡Y late en tu corazón!