Lourdes Aguilar

MEMORIAS DE UNA CASA

Como fue ayer es ahora

El silencio forzoso

Los pensamientos ahogados

la melancolía de no ser

atrapada en su tiempo

se pudre y multiplica

en sombrío inventario

 

¿Cómo eliminar la sal de las lágrimas?

¿cómo limar la aspereza de las palabras’

¿cómo oxigenar el malsano aire acumulado?

se pasean las siluetas sordas

repitiendo mecánicamente su agonía

Tanto adentro como afuera

Los esqueletos negros de los árboles

Los bichos negros escondidos en la tierra

La humedad negra adherida 

a los muros y fachada

 

No olvidan, no olvidan

Y cada noche replican

alguna vieja queja

atrayendo

invitando

como a vagos indeseables

un nuevo dolor a habitarla