De las Ninfas extraño los gemidos,
y los gritos que brotan de sus gracias,
pero deben dar paso
a la indomable gesta
las musas siempre cantan,
te sueltan, siempre aman,
no falla la inclemencia
en los montes ardientes,
se quedan en la cruenta tempestad,
de repente la estancia
en sus labios, delirio
que solamente acaba con la muerte.