Cosas pasan

En nosotros

Siempre vivimos tan normal, que olvidamos lo bello de la vida. Cada respiro, sonido, sensación y gusto, cada visión que nos regala nuestro cuerpo.

 

Siempre recordamos lo afortunados que somos cuando vemos la desdicha ajena o cuando estamos al borde de la muerte, es ilarante.

 

Recuerdo las palabras de un amigo que había sufrido un accidente. Viendo al ocaso y con un tono de voz tan honesto; que solo he escuchado dos veces en mi vida, dijo: \"que bonita es la vida\".

 

Que tanto debemos sufrir para apreciar lo que se nos dio. Siempre recordando lo que no tenemos, siempre repudiando ideologías o logros ajenos.

 

Nos escudandonos tanto en lo que pensamos que no recordamos el mundo que vive alguien más, llenamos nuestros pensamientos de estupideces que alguien más pensó.

 

Siempre nos reímos, o enojamos con alguien que no piensa igual, siempre con la escusa interior, de: \"¿cómo es que no lo ve?\", \"¿cómo es que no se da cuenta?\".

 

Es como si siempre hubiera lados; izquierda; derecha; norte; sur, pero nos olvidamos que hay un punto que siempre une cada uno, y lo vemos tanto que se nos olvida que está ahí, la vida.

 

Vivimos y crecemos con una causa, la que escogemos o la que nos escogen. Y muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de cual es. Tan ofuscados en ideologías, creencias y vicios que creemos que la vida que está ante nuestros ojos es la vida que debemos vivir.

 

En alguna ocasión leí, \"ten mucho cuidado en qué creer\", porque la creencia es una fuente muy fuerte de poder, es lo que hizo pensar a muchos que las cruzadas eran por un bien mayor, que la casta era importante, que el control de las masas a través de todos los medios digitales y federales, es la paz.

 

Siempre creyendo que cada guerra, conflicto antiguo era escupido por las razones que ya se han estudiado. ¿Que tan estúpidos somos ahora ante la gente del futuro?¿Que tan estúpidos somos ahora para nuestro yo futuro?

 

Siempre pienso algo que a pesar que puede llegar, es poco probable que pase. Imagino a toda la gente de mi país, a cada generación con un corazón latente, a cada persona, mujer, hombre niños, ancianos, a todo aquel que tenga voz, y voluntad. Todos gritando al unísono, ¡Viva México!

 

Un pensamiento, un sueño que me deja un nudo en la garganta de alegría, pero sin lágrimas porque solo un sueño es. Algún día, cuando los pensamientos ajenos no nos toquen, cuando los medios ya no puedan engañarnos.

 

Algún día.