Ansío el silencio en tu voz, anhelo el caos en tu calma,
Deseo ser el ancla en los tempestuosos mares que has dibujado.
En la calidez de tu ausencia, encuentro consuelo, pero me duele,
Eres el fuego y el hielo, la contradicción que no puedo romper.
Extraño los colores en tu oscuridad, quiero sentir tu rabia suave,
Caminar por los bordes de la vida que alguna vez construimos.
Eres mi eterno misterio, mi pasado, mi ahora, mi estación sin fin,
Eres la sinfonía que suena cuando todas las notas se han desviado.
Oh, eres el susurro en el viento, el secreto que nunca puedo retener,
La pieza del rompecabezas que encaja pero de alguna manera no me completa.
Estoy perdido en los recuerdos, aquellos que hicimos, los que nunca haremos,
Eres el sueño que no puedo atrapar, siempre cerca, pero lejos para siempre.
Así que déjame ser las sombras en tu luz, el silencio en tu sonido,
Seré el latido ausente en el ritmo que hemos encontrado.
Pues en este abrazo agridulce, hallaré mi verdad, mi destino,
Eres quien me libera, pero me ata a esta ensoñación interminable.