jorge enrique mantilla

La niebla

La niebla

Viene bajando de la montaña una niebla densa, de miedos y espantos misteriosa

Arropando lo que encuentra a su paso en el camino de la naturaleza maravillosa

Va y viene, moviéndose con su espesa blancura de temores asombrosa

Se asienta en pueblos, caseríos, ciudades y en aquellos seres en forma temerosa

Ensombrece la vista y entristece el día, llenándolo de soledades silenciosas

La niebla es la tristeza, que desvela y opaca la majestuosidad de la luna amorosa

Opaca los sonidos y los ecos no tienen salida, sólo temores sin claridad borrosa

Adormece la vida y viaja en tinieblas en espantos tenebrosa

Es el llanto del sol, que derrama de su oscuridad, la vida de silencios angustiosa

Es el velo que cubre la hermosura de la novia, de pasiones y quereres sudorosa

Es el amor que se pierde en la oscuridad de la intimidad, en el paraíso de la diosa

La niebla carcome con su humedad la luz del farol, con destellos presurosa

 

Viene bajando la niebla sin dejar ver la entrada, ni su escalofriante salida

Es la melancolía de la vida, que marcha rauda desorientada y perdida

Arrastra en su interior gritos estremecedores que anuncian el vaivén de su movida

Camina despacio entre sombras ocultando la majestuosidad de la hermosa vida

La niebla es el fantasma que se lleva en la mente, en miedos espeluznantes convertida

Enfría los latidos del corazón y del cuerpo, con señal advertida

Apaga el pabilo de la emoción sin llama, sin cenizas del tizón encendida

Entristece el alma y afligida huye al infinito herida y despavorida

 

Viene bajando la niebla, opacando la claridad de los cristales

Viene a llevarse entre sombras la maldad que anida en los mortales

Entre su espesura se escuchan sonidos de ultratumba sobrenaturales

Son los gritos del odio, de la soberbia, de la corrupción, de seres malvados descomunales

Enceguece la vista y enmudece el habla del ser falso y cruel, que abunda en el mundo de los terrenales

Viene bajando la niebla, llevándose entre sus sombras y bajando el ego y la vanidad de sus pedestales

La niebla hace ver con otros ojos, las tinieblas que acechan de enemigos y traidores y de cosas superfluas y banales

Viene bajando la niebla, entristeciendo la vida, paralizando todo a su paso, con silencios sepulcrales

Se seca el jardín florecido y se cae la flor del café, erosionando el verdor de los cafetales

Niebla que no deja ver la claridad de la mente y se escurre con lentitud entre los matorrales

Se acercan tiempos oscuros que la niebla oculta el verdor de la bella naturaleza y el saludo de los seres amables y cordiales

Se fue la niebla y se llevó entre sus sombras la maldad que anida en el corazón de los criminales

Y dejó un rocío sobre la esplendorosa naturaleza y a lo lejos se escucha el trinar de las aves alegres con sus ecos musicales

Los seres siguen en sus labores diarias con amores y emociones sentimentales

Se estremece nuevamente la pasión y se llena de color y florecen los jardines y las cortinas se corren, dejando ver la claridad de los ventanales

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga marzo 16-2023