Nací desnudo de espíritu y de cuerpo
como un preludio del amanecer,
nací llorando, buscando un mundo nuevo,
una utopía en la que renacer,
donde poder aprender de mis errores,
donde encontrar el amor por una vez.
¡Cuántos intentos por escalar las cimas
que nos conducen a la felicidad!
Cuantas renuncias, cuantas concesiones,
miedos, complejos, temor al más allá,
preso de leyes, panfletos y doctrinas
que nos ocultan la luz de la verdad.
Cuantas caídas y cuantos revolcones,
cuantas renuncias por miedo a no acertar,
cuantos atajos de bruces al abismo,
¡cuántas etapas habré dejado atrás
por no atreverme a desafiar mis retos
los mismos retos que me juré afrontar.
Hoy ya no tengo ni miedo ni vergüenza,
tengo mi credo, mi fe y mi libertad,
sé que hay más vidas que las que nos predican
sé que el amor es la ley universal,
la gravedad que hace brillar el cosmos
la vía láctea a la felicidad.