Cómo evito tu reiterada partida
ya no se nadar cuesta arriba
brava ola el intento me fatiga
saco fuerza de mi alma herida.
Te ensañas conmigo en gran medida,
después de pisotear mi jardín
no quieres un reinicio, solo el fin;
tu juventud domina mi tenue calor
ni el Sol calienta como lo hacías vos;
pendo de un hilo con tu evasiva
creo por ahora que es definitiva;
no se vislumbra lluvia sobre mi desierto
que poco a poco muere. Creo está muerto.
Ni el oasis irreal que no me muestras
susurra en la lejanía pálida y funesta,
la playa de mi mar ya no es la nuestra.
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