Qué pasa cuando vivimos el acostumbramiento
Cuando guardar las apariencias
Se convierte en el único camino
Qué pasa cuando tocan a nuestra puerta
Sabemos que las aves suspiran en el aire
Que las golondrinas explotan porque sí
Caemos en la moraleja como si fuera una gran gravedad
Mientras ignoramos las leyes del viento
Y caemos
Y caemos en cuenta
Y sabemos que no sabemos pertenecer
Intentamos probar el fuego para guardarlo en la oscuridad
Reposan las almas
Cantan su vibración las energías
Y se supone que proclamamos
Se supone que llamamos y que viene
Quisieramos ser más específicos
Pero esa es otra ley
Criticamos porque sentimos
-Así enseña Pessoa-
Y no porque pensamos
Y definitivamente
Y casi por devastar los sacrificios
Me alejo cuando intento acercarme
Cuando mentalizo mi presencia contigo en el futuro
Qué clase de lógica resiste este mandato
Si el cuerpo me pide resistir
Si el tiempo me recuerda que no sé vivir
Todas las técnicas deben estar a mi alcance
Nos atreveremos a sustentar el fuego
Cuál es el sacrificio que nos falta
Si la persona que soy y la persona que eres
Se ríe debajo de su máscara
Las señales caen como hojas en primavera
Las estaciones son testigos o testigas
Qué runa está dibujada en mi frente
Cuál es el sendero de una o dos liberaciones
El tiempo puede agotarse
Vaciarse, llenarse, convertirse, desnudarse
El fuego se cuelga entre las ramas del desierto
Y se orienta hacia el cielo de los condenados
Tal vez según nuestras teorías
Convetiremos este presente en más de una promesa
Mis dedos se encuentran libres
Será un despojo o su lado oscuro
La forma que adquiera una condena
Y debo ahora suponer
Que ninguna queja es válida
Que no puedo alimentar mis impulsos
O lo que es igual a cambiar este horizonte