He visto sonrisas tan perfectas que escondían llantos a mares, como así también miradas tan cálidas que podían helarte el corazón.
He visto mentiras más fieles que el abrazo de una madre y besos más fríos que una noche de invierno
Pero a pesar de todo, lo que más me angustia de todo lo mencionado, no es el accionar de la especie humana, sino con la naturalidad asimilamos dichas cosas.