Sus ojos tiernos, casi negros,
inspiran un alto vuelo;
y su sonrisa inesperada,
es cual noche soñada.
Ella... acaricia sin tocar,
ella... consuela sin besar.
Ella es alba o atardecer,
¡es fulgor de amanecer!
Ella... llegó como luz divina;
te abrazó, sin ser tu amiga;
te dio fuerzas para continuar,
te dio el impulso para llegar.
¡Ojos tiernos!... ¡Casi negros!
¡Qué bella fue mi enfermera!
Ella hizo alejar el invierno.
¡Ella lo cambió por primavera!
xE.C.