Más allá de las Palabra
Una anciana estaba sentada
en la puerta de su casa,
desde donde divisaba
el terruño de matas secas,
y resecas hojarascas.
El cielo se mostraba ceniciento,
como ceniza sembrada.
Ni una nube,
ni un rayo de sol brillaba.
Se quedó la anciana mirando
ese cielo desteñido,
esa tierra desbastada…
y en sus ojos, ya cansados,
destelló una luz
desde el fondo de su alma.
Vio florecer las matas
con florecillas doradas.
Un campo de color verde,
más verde que la esmeralda.
En la orilla del camino,
en la tierra esponjada,
un festón de amapolas
con su traje de volantes
que, bailaban al son
de un vientecillo suave.
El cielo era de un azul brillante.
Ni una nube pasajera
empañaba aquel instante.
Una oveja peregrina
parecía que balaba…
la anciana extendió sus brazos
porque quería abrazarla…
……
Más allá de las palabras
se encuentran las emociones,
los sueños evocadores,
los recuerdos, las fantasías,
el amor y sus pasiones…
y un cuaderno con espacios,
la lisura del papel que
nos invita a plasmarlos.
Carmen Úbeda Ferrer ©