el hombre va a la luna para romperla
para taladrar sus sueños y recoger polvo lunar con pico y pala.
Ahora van también tías buenas
para que las piropeen desde allí o desde la tierra.
Tal alta tan espejo.
Y los lunáticos son testigos en la colina
Y los que cuentan los años con lunas rezan a sus dioses
para que no se rompan sus fases ni sus celos.
Y los que se preguntan quién pudiera
ver llover en la luna, a cámara lenta las gotas caerían.
Poco o nada se puede hacer
y es que ya no llueve en su cara oculta
y los cántaros están vacíos y los ríos
y el palacio de la memoria se secó de sed
Allí no hay religiones ni armas ni carreras de caballos ni nubes de algodón dulce ni piezas de ajedrez ni de mecano
no suena la música cuando el lobo y Caperucita
aparecen en la escena del cuento.
Los errores no se pagan y la gente no tiene mascota
Los pájaros no necesitan alas para volar, aunque no hay comida ni cazadores ni depredadores, eso tampoco.