El triunfo del amor
Me da vértigo mirarme en tu mirada
y aducir que te amo, al mismo tiempo;
de tu aliento emanó la llamarada,
que comenzó a incendiar mi pensamiento.
Eres como el deseo de un instante
que desaparecerá, irremediablemente,
y mi protesta de inútil protestante,
quedará en el olvido, para siempre.
Sin embargo, el amor nos pertenece,
por lo menos, ahora, en el momento
del abrazo y el beso recurrente,
la palabra que mata y el deseo inclemente.
Dejémonos llevar, no resistamos,
es inutil querer, si no se puede
y cuando todo pase, perdonemos
la duracion, de este cariño breve.
No esta de más, el ser agradecido,
es vano renegar de nuestra suerte,
pues hemos hecho que tiemble el olvido
y no se atreve a tenernos, la muerte.