Las fallas han vuelto a ser satíricas gracias a los evangelistas.
Han decidido tras dar de comer a los pobres después de ir a pescar,
predicar el comunismo cristiano en el desierto descalzos,
y hacer una falla junto a San José en el patio de una prisión,
tras indultar a un político que se salvará de las llamas.
La prensa conservadora ha premiado esta falla,
y el museo de bellas artes de Valencia emocionado,
les ha ofrecido para la quema todas las obras de mártires de Ribera y Zurbaran,
a cambio salvar de la hoguera esta falla.
Ángel Blasco.