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CALLADA

                                                      

Mi noche espera el sol  lamiendo mis heridas

siento tinieblas mares y fuegos apagados.

No quiero mirar la sonrisa de los retratos.

No quiero pensar en la mirada.                                                    

 La vida intenta darme un instante

de grillos que quieren cantar.

 En la calle nadie.

 En la soledad nadie.

En la ventana del frente la misma mujer

entre la máquina de coser y la pobreza.