Los colores de la tarde encendida que abrazan el horizonte, son los colores del fuego creador y de la idílica presencia de la tarde.
Un sol que se aleja en su rotación y que nos recuerda los eventos del día; los que se van con su desesperado devenir, y los que se inician tratando de animarnos.
Los colores encendidos que se manifiestan en todos nuestros anhelos y vivencias. Los del fuego en el corazón y en la palabra. Los colores de la brisa y del sol tras las montañas.
Los colores de la vida.