¡Pero nada me importa lo que pase
mientras despierte y quede allí ovillado
como mi gato, y vibre apasionado
con los sonidos suaves que encontrase,
con esa sensación que me extasiase,
con el verbo que fluye desbocado!
Mientras que todo sea acariciado
y que nada me impida que abrazase
izaré en la pregunta reincidente
y la inquietud resuelta de amorosa
el misterio sinuoso, irresoluto.
Seré quien en la multitud borrosa
reconozca las voces de impoluto
y las notas del piano intransigente.