Yo creí que habías muerto. No era cierto.
Tú eres inmortal como la vida.
Es el mejor destino que tu herida,
en pleno corazón me deje yerto.
Ahora que horas vanas han pasado,
mi canto se hace resonante
con voz de ultratumba delirante
y con mi propia voz iluminada.
Antes mi dolor fue a tu encuentro,
tu herida mortal me desgarraba
mi grito lacerante te turbaba
¡tu musa me besó desde muy dentro!
Ahora en plenitud de esencia lo proclamo,
con párrafos ardientes: ¡Poesía, yo te amo!
Francisco Aznar
(1921- 2003)
En tu inolvidable y sagrado nombre, papi querido,
nos volveremos a encontrar cuando el destino lo quiera, y con tu música, que me has legado.
De tu hijita que aún te ama tanto! y espera el reencuentro anhelado,
Patricia