posita

CELO

arde, arde hasta doler; así es el celo

arde mientras abro y cierro las piernas y luego,  aprieto los muslos, ¡alivio!,

pero no sirve, mi espalda se arquea y mis piernas endurecen hasta la punta de los dedos

no sirve,  en mi mente esta ese gemir

-ahhhh,  ahhh;

así es el celo.