arde, arde hasta doler; así es el celo
arde mientras abro y cierro las piernas y luego, aprieto los muslos, ¡alivio!,
pero no sirve, mi espalda se arquea y mis piernas endurecen hasta la punta de los dedos
no sirve, en mi mente esta ese gemir
-ahhhh, ahhh;
así es el celo.